Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://theoezmm525708.techionblog.com/38724466/detalles-inéditos-del-cabezazo-de-zidane