Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en la gran https://asiyakwnb844694.blogacep.com/44030417/consecuencias-deportivas-del-cabezazo-de-zidane